Canción

Ritmo 3/4
,,,,MiFaSool,,Mii Ree,,DoRe MiiiReDoo Laa>,,Si>Do
Sool>,DoMii Faa,MiDoo Reeeeee,,,,
,,,,MiFaSool,,Mii Ree,,DoRe MiiiReDoo Laa>,,Si>Do
Sool>,DoMii Ree,,Doo Doooooo,,,,
,,,,DoSi> Laaaa>Si>Do ReeeeMiFa SoooolMii Ree,,DoSi> Laaaa>DoMi ReeeeDoRe Miiiiii,,,,
,,,,DoSi> Laaaa>Si>Do ReeeeMiFa SoooolMii Ree,,DoRe MiiiReDoo Laa>,,Sol>DoDoooooo,,,,

Esta canción surge de un atardecer en Madrid suficientemente bonito como para que me olvide del tráfico y de mi tensión por cubrir cada milímetro de tiempo. Suficientemente bonito como para dejarme disfrutar del abandono de nubes que son fuego, bolas de luz celestiales sobre la Vieja Vida.
Porque el tiempo es joven siempre que de él se enamora una mirada, mientras la humanidad y las ciudades (que son aglomeraciones de la misma), mueren y decaen bajo su propia porquería.
Escribo porque el viento me ha traído una canción, lo suficientemente intensa como para borrar las horriblemente cíclicas repeticiones de la canción sin significado que se apropiaba antes de mi mente-oído, impidiéndome oír el silencio. Y las ha borrado de una forma suave, como un pañuelo rojo sujetado por el recuerdo de la frágil carcajada de una niña, una niña que huye de mí con esa mirada intensa de felicidad y alegría que tienen los niños que juegan, mientras se pierde tras los montículos terrosos de la huerta. (Se pierde porque yo también soy niño y no veo desde tan alto.)
Y de cómo el milagro de que algo tan suave pueda ser tan firme, del hecho que la dulzura pueda empujar de tal manera lo incorrecto, no bastan palabras para describirlo. Por eso canto-siento mi canción.
Y éste ánimo... increíble, melancólico mas sin tristeza ni dolor. Sólo delicia, amor dorado que se funde con esas nubes...
MiFa Sol,.. Mi Re,.. DoRe Mi,. ReDo,. La,.. Do Sol..... Do Mi Re...... Do... Do..........................

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