jueves, agosto 10, 2006

Insuflar vida a Frankenstein

Hoy he leido un relato corto que escribí en un momento de tensión y mal aire, con prisas y requerimientos. Y a pesar de pararme a buscar un hilo que uniera en un sentido mayor todas las imágenes, se rompía la hebra una y otra vez al llegar a frases obligadas, a partes repentinamente descubiertas. Tengo un rompecabezas unido demasiado deprisa, y no pasa de Frankenstein, porque así no deben hacerse las cosas.

También he pensado en el piano. Y en la pintura.

Así que se me ha ocurrido una idea.

Una buena pieza no tiene porqué estar hecha de una vez, ni surgir de un sólo material y un tiempo. Todo fluye, como decía Heráclito, así que no somos lo mismo si lo hacemos a diferentes tiempos. Pero la idea, el fin, siempre es de una belleza perfecta.

Y tal vez es ella misma la que nos guía. Un pincel en buenas manos puede no ser el instrumento con el cual el pintor interpreta lo que hay en su cabeza, puede ser mucho más. Puede ser el instrumento de la idea cuya mente-cuerpo-persona ha poseído en un cierto momento. Estoy convencido de que muchas de las cosas geniales que se han creado surgen así, dejando el artista que todo su ser sea instrumento de algo mayor...

Existe la técnica. La interpolación. Los nexos estudiados entre momentos de genialidad. Pero... ¿por qué forzarlo? ¿por qué no esperar a que la forma de la idea se exprese por sí misma? ¿No son los silencios tan importantes como las notas?

Sin embargo, esperar la chispa caprichosa es más de lo que uno querría permitirse. Así que una solución posible es abrir varios hilos de creación. E ir componiendo pedazos perfectos de cada uno en los momentos en los que se sueña con lo que debe estar ahí... Sí, creo que esa sería una solución.

Un cuadro con dos figuras geniales en un decorado apropiado podría mejorar. Simplemente porque todo lo que aparece en el cuadro debería tener vida en sí mismo. Como nosotros, como el universo a nuestro alrededor, sin nexos. Sólo entidades completas infinitamente juntas y entrecruzadas en un sinfín de relaciones de amor y soledad.

Así que he aquí como comienza mi Libro de los Cien Comienzos. Espero que un día se haga realidad.


Un abrazo a tod@s.


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